12.03.2008

LA CARRETERA HAMBRIENTA. Ben Okri

Este libro llegó a mis manos de un modo casual. Un día del libro lo encontré entre otros que daban a elegir y que regalaban por la compra de libros en Vips.
Desde luego no conocía al autor, Ben Okri, tenía un premio Booker, prestigio de las letras inglesas, y siendo él nigeriano me pareció que era un buen aval. Como se suele hacer antes de elegir un libro, leí en las primeras páginas y encontré en ella frases tales como:
“En el principio había un río. El río se convirtió en carretera y la carretera se dividió hasta abarcar todo el mundo. Y como la carretera fue río en otro tiempo, siempre estaba hambrienta.”
“En aquella tierra originaria los espíritus se mezclaban con las persona aún sin nacer”.
“No había nadie entre nosotros que deseara nacer.”
“Cuanto más felices éramos más próximo estaba nuestro nacimiento”
“Los mortales nos llamaban abikus, niños espíritus”
“Causábamos mucho dolor a las madres con nuestra negativa a quedarnos...”
“Nuestros padres trataban siempre, con fervorosas ofrendas rituales, de convencernos para que siguiéramos vivos.”
“Anhelábamos un temprano regreso, para jugar junto al río...”
Nos habla uno de estos abikus, que decide vivir. A través de su relato nos mete de lleno en la cultura africana, mostrándonos como debaten sus vidas entre crudas realidades que cohabitan con la fantasía y la magia.
En aquel tiempo, tenía yo un compañero nigeriano, Fidelis, con el que solía charlar durante la comida. Cuando le comenté que estaba leyendo este libro, él me explicó que esta es la forma en que la tradición explicaba la realidad de los abikus. La ciencia ha demostrado, que es una incompatibilidad entre los padres, lo que causa la muerte de todos los hijos que tienen. Al parecer es una enfermedad que solo se da entre la raza negra, así que el gobierno nigeriano había establecido la obligatoriedad de una prueba para determinar la compatibilidad de los contrayentes antes de casarse. Así es que el hallazgo de este libro me reportó un acercamiento a la cultura nigeriana, no tan solo por el relato, sino también por el interés que despertó en mí.
Es de lectura muy agradable y ágil. Los personajes nos llevan desde la ternura al dolor, desde la indignación a la indulgencia, desde la incomprensión de una sociedad muy ajena a la nuestra, hasta el reconocimiento de similitud de las pasiones y sentimientos humanos.
La leí hace ocho años, y en estos días me he acordado de ella. Recordar tan bien las sensaciones que me produjo, me ha inducido a escribir este comentario para recomendarla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho este post también. Esta rara enfermedad, venía dada por las mezclas de consanguinidad dentro de las falilias, durante varias generaciones consecutivas. Tras algunas generaciones más, donde no hubo esta mescolanza, se hizo mortal, dada la degeneración genética consecuente.
Un abrazo querida amiga y hasta siempre.