12.03.2008

EL DÍA QUE FUE AYER. JULIO ESPINOSA GUERRA

La mejor crítica literaria que puedo aportar de este libro, es la felicitación y contestación que recibí del autor, que fue profesor mío de creación literaria. Si queréis saber más sobre el autor, podéis leer la entrevista que le hacen en la escuela de escritores, de la cual también es profesor. Sobra decir más...
¿Qué tal Julio?
Ayer leí tu novela. Si, ayer, tal como lo oyes. Llevaba todo este tiempo en una cola de libros pendientes por acumulación de regalos y otras circunstancias. Estaba otra vez en uno de esos baches en los que me cuesta mucho concentrarme y no conseguía acabar unos para comenzar otros. Tan solo unas pocas páginas tenía leídas, pero ayer por la tarde, toda libre sin más que hacer, lo tomé y enseguida me di cuenta de que no podría dejarlo hasta que no lo terminara.
El principio sorprende, porque aún sabiendo que van a ser varios narradores, hasta que no entras en la corriente narrativa no sabes que es precisamente esa técnica, con la que nos ayudas a los lectores a ponernos en el interior de los personajes, a sentir lo que ellos sienten. Esta va a ser otra lección más que me dejas.
Puedo asegurarte, que a través de el recuerdo que a ti te sostienen tus mayores (como dices de tu madre), y de tu habilidad para transmitirlo me has hecho vivir en esos tiempos, en esos lugares y en esas circunstancias que todos imaginamos duras, pero que en realidad sentimos ajenas desde la distancia. Te confieso que en algunos pasajes la piel se me erizaba y en otros hasta tuve que parar de leer porque las lágrimas me nublaban la vista.
Es duro, muy duro percibir como el sufrimiento que nunca debieron sentir, lleva a estas personas tan jóvenes a una madurez prematura e irracional. También sin embargo, me hace pensar en la tuya, que con tan poca edad fuiste capaz de plasmar semejantes sentimientos. ¿No es verdad que hay que haber sentido o imaginado con gran clarividencia como se siente para poder describirlo? La realidad es que los hechos históricos de un país, dejan una forma de ser y de estar en sus habitantes, y tendrán que pasar muchas generaciones para que las huellas del dolor comiencen a difuminarse. Aún se perciben las nuestras en el carácter y la sociedad española, y son muchos más años los que han pasado desde el horror. A veces pienso que la guerra sigue flotando en el aire, porque los años que la sucedieron fijaron el miedo. De todos modos no hay más que mirar como son nuestros políticos, los dos bandos persisten, y aunque sea dialécticamente siguen peleando.
Discúlpame si te parece larga y pesada esta felicitación por tu trabajo, pero me siento conmocionada, y a quien mejor que a ti para contárselo. Por otro lado no es corriente poder explicar al propio autor la reflexión a la que nos aboca su texto, y yo en este caso me siento afortunada por ello.
Ya sé que lo que más te gusta es escribir poesía, pero me pareces un buen novelista, y ya sabes que yo para la poesía soy bastante zopenca, jajaja, así que espero que nos regales otra, y por supuesto, entre tanto recomendaré esta.
Prometo ir a verte a alguna de tus presentaciones para darte un abrazo. Un besazo.

Libertad
30 de marzo de 2007

Hoy he recibido La contestación de Julio a mi carta de ayer. La cuelgo por que aporta datos sobre qué sintió y cómo escribbió su novela.

Querida Libertad,
Agradezco muchísimo tus palabras. Comparto la reflexión que haces y no sé, realmente, qué agregar.Escribí de alguna manera lo que yo percibí del entorno. Todas son historias ficticias, pero verosímiles por el contexto. No sé si algún día pueda volver a escribir algo que desprenda tanta sensibilidad, pero lo hice así porque así lo sentía.De verdad que me emociona lo que me cuentas. Haber podido trasmitir un poco de lo que fue esa época, colaborar para que el olvido no llenara todas las rendijas ya es un premio.Un besazo y nos vemos en algún acto, ojalá pronto.
Julio

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